
En respuesta a la condena de cuatro años y medio impuesta por un tribunal chino al abogado de derechos humanos Wang Quanzhang por “subversión del poder del Estado”, Doriane Lau, investigadora de Amnistía Internacional sobre China, ha declarado:
“La sentencia dictada hoy es una injusticia flagrante. Es indignante que se esté castigando a Wang Quanzhang por defender pacíficamente los derechos humanos en China. Debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones.”
“En los tres años que precedieron a su simulacro de juicio, las autoridades hicieron desaparecer a Wang Quanzhang en un agujero negro, donde probablemente fue torturado. Su familia, que sigue siendo hostigada por las autoridades, hasta hace poco ni siquiera sabía si estaba vivo, y mantenerlo en prisión no hace más que prolongar el sufrimiento de sus seres queridos”.
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